
SAN JUAN BOSCO
Juan Melchor Bosco
Occhiena más conocido como Don Bosco (en italiano Giovanni Melchiorre Bosco)
(I Becchi, agosto de 1815 - Turín, 31 de enero de 1888) fue un sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Salesiana la Asociación de
Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio Salesiano y el Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora. Promovió la Asociación de Ex
alumnos Salesianos, el desarrollo de un moderno sistema pedagógico conocido como Sistema Preventivo para la formación de los niños y jóvenes y
promovió la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más
necesitada, especialmente en Europa y América

1.- Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien
2.- Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo
3.- Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma
4.- Un buen consejo lo aceptaría aunque viniera del diablo
5.- Estad siempre unidos al Señor
6.- Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres
7.- Trabajo, trabajo, trabajo
8.- Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el paraíso
9.- Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra ciento
10.- Dadme almas y quedaos el resto
11.- Hemos de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos
12.- Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don
Bosco)
13.- Decían de él: cuando Don Bosco está muy alegre es que tiene algún
problema
14.- Ante la cantidad de obras que realiza, Don Bosco decía:
«Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf...»
(«Puf» en piamontés significa «deudas»)
15.- Nunca hay que decir « no me toca», sino « ¡Voy yo!»
16.- Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor
17.- A1 dar cultura y principios religiosos prevenimos a los delincuentes.
18.- Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de
vinagre
19.- Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro futuro
20.- La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener
nuestras vidas
21.- Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones
22.- Tristeza y melancolía fuera de la casa mía
23.- Dios te ve
24.- Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad
25.- Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier
contratiempo y fatiga
26.- Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se
les ama
27.- Amemos lo que aman los jóvenes
28.- Procurad siempre vivir en la amistad de Dios

El deseo de estudiar y salir adelante son características en la vida de Juan durante este período. Para luchar por la realización de sus sueños, tendría que enfrentarse a los obstáculos que provenían de la situación de pobreza de su familia y de la oposición de su hermano Antonio que lo prefería en las faenas del campo. Ni Antonio ni José irían a la escuela. Juan en cambio sí lo hará gracias a la tenacidad de su personalidad y a la ayuda de su madre.
En 1828 deja I Becchi y va a trabajar como pastor a casa de la familia Moglia en Moncucco, distante ocho kilómetros. Desde su niñez, Juan demuestra un espíritu de liderazgo y las características del que sería su apostolado entre los jóvenes al reunir niños y jóvenes en los ratos libres y entretenerlos con actos de malabarismo y anécdotas con mensajes formativos. También comienza en ese tiempo a insistir en la idea del sacerdocio, hecho este que demostraría con una gran devoción y asistencia sacramental.
En noviembre de 1829 Juan se encontraría con un anciano sacerdote, Melchor Calosso, quien admiraría en el joven su inteligencia y devoción y le prometería ver por sus estudios, pero murió el 21 de noviembre de 1830. Con la perspectiva del matrimonio de su hermano Antonio, Margarita divide la propiedad y deja la casa de I Becchi a su hijastro mientras ella va a vivir con José a Sussambrino. Este acontecimiento posibilita que Juan pueda asistir por fin a la escuela en Castelnuovo, lo que hizo que el muchacho tuviera que caminar cinco kilómetros cuatro veces por día.
El 4 de noviembre de 1831 comienza sus estudios secundarios en Chieri, a 12 kilómetros de Castelnuovo de Asti y para pagar las 12 liras mensuales, Juan recorre las aldeas pidiendo ayudas, sin embargo, su memoria prodigiosa y su dedicación al estudio, bien lo hacen centro de aprecio en la región. Al realizar diversos trabajos para pagarse sus estudios, Juan aprende pastelería, sastrería, ferretería, zapatería y muchos otros oficios que después le servirían para sus muchachos. Se convierte además en maestro del teatro,música, prestidigitación y funda un movimiento juvenil al que llama «La Sociedad de la Alegría». Es promovido varias veces en el colegio y es sin duda el mejor estudiante.

Preocupado por sus escasos recursos económicos que le imposibilitaban seguir la formación sacerdotal, Juan decide ingresar en losfranciscanos el 18 de abril de 1834. Su decisión cambió radicalmente debido a un sueño en donde veía frailes que lo desaconsejaban de ello. Con la orientación del padre José Cafasso y la ayuda del padre Cinzano, Juan ingresó en el Seminario Diocesano de Chieri el 30 de octubre de 1835, tenía 20 años.
En el siglo XIX, la Iglesia Católica europea estuvo fuertemente influenciada por un movimiento espiritual y teológico conocido como elJansenismo fundado en el siglo XVII por el obispo Cornelio Jansen (1585 - 1638) y que creó un fuerte rigorismo moral basado en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. La ascética era la base de su espiritualidad que los alejaba de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía mientras promulgaban por un rigorismo moral extremo. Cuando Juan ingresó al Seminario de Chieri, esta posición teológica estaba en su apogeo en el Piamonte y al mismo tiempo era objeto de combate por notables personajes como el padre Cafasso, quien fue confesor de Don Bosco y por parte de los jesuitas, los que lograron que la Iglesia condenara dicha tendencia teológia.-w.jpg)
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Si bien Don Bosco era un sacerdote diocesano, comienza a desarrollar la idea de una comunidad religiosa que pudiera continuar su misión. Pero semejante plan era contraproducente en una época en la que se agudizaba la lucha entre el poder del Estado y de la Iglesia.
En 1855 Urban Ratazzi, un gobernador declarado anticlerical, hizo aprobar una ley en la cual suprimía 35 órdenes religiosas, cerraba 334 casas religiosas, dispersaba 5.456 sacerdotes y religiosos y los privaba de sus derechos civiles.19 Por otro lado, el Estado exigía el derecho de elegir al obispo. Lo más sorprendente es que fue el mismo Ratazzi quien aconsejó a Don Bosco cómo fundar su Congregación de tal manera que no se enfrentara con la legislación civil, otro elemento de la vida extraordinara de este sacerdote. Su consejo fue que formara una sociedad clerical, una asociación de ciudadanos libres que en lo religioso dependiera de la Iglesia, y en lo social fueran libres ciudadanos. Es por esta razón que la Congregación Salesiana ideada por Don Bosco tiene elementos que no entran en conflicto con la sociedad civil y que serían claves en la expansión del carisma en los cinco continentes y a lo largo de las décadas siguientes. Es por ello que el nombre oficial de los salesianos es «Sociedad de San Francisco de Sales». Don Bosco evitó por ejemplo llamar a los laicos consagrados como Fray o Hermano para llamarlos simplemente «Señor» y no les puso hábito distintivo, mientras en la organización de la autoridad religiosa no llamó a los superiores como prior, Provincial o Superior General, sino Director, Inspector y Rector Mayor y no hablaba de Convento y Provincia, sino de Casa eInspectoría, entre muchas otras particularidades que son términos civiles más que religiosos.
SALESIANOS
Bien pronto las obras de Don Bosco serían conocidas en numerosos países. La situación de inestabilidad política en el Piamonte ocasionó que numerosas familias de esa región emigraran a Latinoamérica. De la misma manera, el aprecio y prestigio de Don Bosco le ganó la simpatía de notables personajes como el Papa Pío IX que lo llamaba «el tesoro de Italia», cardenales como Alimonda que se refería a Don Bosco como el «divinizador del siglo», obispos, nobles e incluso los nacionalistas y anticlericales como Ratazzi que dijo en 1867 «para mí Don Bosco es quizá el más grande milagro de nuestro siglo»,21 el Papa León XIII dijo «Don Bosco es un santo» a los salesianos, mientras que el Cardenal Bilio mencionó «Nadie es canonizado mientras vive, pero Don Bosco ya fue hecho santo», todos ellos que contribuirían a hacer conocer el nombre y la obra del sacerdote turinés.


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